La chispa que no enciende
Sentado ante el piano,
solo,
acariciando las teclas
con ganas de tocar,
de crear.
Sin nada en mí,
la chispa se enciende,
varias chispas iluminan mi mente,
pero ninguna se mantiene
y se estabiliza
como llama.
El encendedor no sirve,
simplemente tengo que tirarlo
y comprar uno nuevo.
Ligeros atisbos de luz
generan notas aisladas,
melodías sin sentido,
que lastiman más mi corazón
que mis oídos.
No puedo unir todo y hacer.
No puedo crear.
No puedo tocar.
Y mientras tanto mi cabeza
se llena de más niebla
y se oscurece a media noche,
sin yo lograr encender ni siquiera
una mínima parte
de ese fuego que incendiaba y destruía
y era hermoso, pues era mío.
Pero así como hay media noche,
llegará la mañana, para convertirse en
mediodía.
Comentarios
Publicar un comentario