Cortes y cadenas

Corta de tajo la gangrena

de una vez por todas,

y sal de ahí 

para siempre.


Corta el brazo encadenado

sin dudarlo más,

porque al estar ese brazo sujeto

a cadenas, cuerdas o grilletes,

está infectado y maldito,

así que ya no lo necesitas.


Escapa para siempre 

del guardia que vigila tu celda,

mátalo si quieres, 

quítale la vida,

quítasela.


No te arrepentirás,

porque las cadenas duelen más 

que el remordimiento.


Y siempre estará justificado,

pues tú le arrebataste la vida a tu carcelero,

pero él te arrebató tu libertad.

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